jueves, 22 de mayo de 2008

CAMINABA


(. . .)


Va por las calles jugando con formas y fantasmas, contándoles sus miedos, sentenciándose a no hablar con el resto.

Camina tranquila, sonriendo, sin el menor remordimiento en tan oscura mañana a la que ha hecho su cómplice. Sus manos sobre las paredes, raspando algunos recuerdos, inventándose nuevos al ritmo de sus pasos. El viento en su rostro, en sus senos, entre sus cabellos, como aquellas manos de la noche anterior.

Camina inmutable, siempre antenta, totalmente entregada a esa escurridiza esencia de placer. Son recuerdos vagos, intocables, apenas queda la sombra de su nombre. Su mente es aún más vertiginosa que ella. Tiene el presentimiento de haber sido interminable, así lo relatan sus manos, sus labios, el aroma que la invade.

Camina desconfiada, entre sombras con dialectos ajenos a su naturaleza. Recoge cierta tranquilidad, así no podrán culparla. Le han ofrecido antes el mundo, la vida, la muerte, lo mismo.

Camina bajo la lluvia, ahora tan segura, con la promesa latiente en su bolso y la sangre aún entre sus manos. Quiso asegurarse de robarle el corazón.

1 comentario:

Ella dijo...

cuantas veces mas la misma escena entre sus dedos, cuanta sangre mas va coagulando en el suelo, como un señuelo incosciente para que pueda volver.

una y otra vez.

sin piedad

sin dolor