lunes, 12 de enero de 2009

ASSMAN

Supongo que es así como las cosas suelen pasar por estos lares.

Un encuentro casual sin tener la más mínima noción si será tan apresurado como el tiempo que las verdades duran fuera o irrevocablemente largas e interesantes como las horas en las que éstas ultimas salían a jugar sin el menor remordimiento mientras hablabamos y nos atrapaba la mañana, sin que importe nada porque con las horas, también, las expectativas iban siendo otras

Se suele extrañar ¿sabes? Extraño no tener que estar midiendo las porciones ni andas fijándome en los límites. Contigo era algo salvaje, impulsivamente placentero, sin ganadores ni perdedores, sin trucos bajo la manga, algo para dormir tranquila hasta la tarde siguiente sin la necesidad de ir corriendo tras de algo inalcanzable por la noche. Algo simple en el mejor sentido de la palabra (total y literalmente de acuerdo), sin alucinaciones ni gritos, con la gotita perfecta y de buen gusto de excentrismo, con aquella traviesa realidad que dejábamos correr de nuestras manos y que siempre terminaba escupiéndonos en la cara, supongo que aún nos gusta.

Me vuelvo a reír y supongo que siempre habrá un poco de tinta en el segundo cajón, abajo, a la izquierda para tí. Siempre y cuando, claro, sigas haciéndome esto.


Con nosotros nunca era, entre nosotros no. Nunca nos gustó perder.

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