martes, 3 de febrero de 2009

1 MENOS NO ES NADA SI TIENES 7



"Oh the boys on the radio
They crash and burn
They fold and fade so slow
In your endless summer night
I'll be on the other side
When you're beautiful and dying"

...

Dormir con él era todo lo que rondaba mi cabeza desde que nos presentaron y le pregunté cual era su verdadero nombre. Desde que se acercó suavecito y me dijo al oído -"No lo sabrás hasta la cuarta cita"... y acaso mi pitoniso sabía exactamente cuando iba a cumplir mis deseos o es que yo tenía la cara tan babeante que no era necesario hacer mucho esfuerzo para adivinar, supongo que cuando quiero, quiero algo, mis ojos se transforman en un letrero de neón parpadeante con cada una de sus letras.

Y vaya que no paraba de sumar puntos extras por todos lados cada vez que abría la boca. Su mirada, casi dormida, no se despegaba del rojo carmesí que acertadamente había puesto esa noche sobre mis labios. Los miraba disimuladamente entre los infinitos sorbos de tomaba de su vaso como si quisiera deshacerse de él para tener libres las manos, y así, ahora, arrimaba a todos los que se cruzaban entre nosotros para terminar enlazándome por la cintura.

Esa noche apenas me corrí el labial por temor a que sea la última vez. Además, sabía que si seguía, con esos ojos, esas manos y ese olor, iba a ser todo un milagro el poder detenerme: "que le cueste" entonces, tanto como a mí. ¿Ya había puesto lo de la tarjeta cierto? Pues para la segunda, andaba bien guardadita en mi billetera. - "El verde y el azul son mis colores favoritos", y así es como lo veo en todas partes, así es como nos reímos al no poder ver ni la mitad de una película juntos, así se escucha su voz cuando trata de explicarme todo lo que me perdí, así es como no debo preocuparme por pintarme at all cuando estoy con él.

- "¿Te quedas a dormir ahora en casa?" Como si hubiera una fuerza sobrenatural presente que haga negarme, si cada vez que entrelazábamos las piernas, me trapaba por su torso y me quedaba paseando convenientemente perdida por su cuello, podía olvidar que es lo que hacía metiéndome en la boca del lobo, worth it, no importa, no importaba nada aunque sabía que desde ya, me estaba quedando sin uñas.

...

Me encantas, pero de eso y más, sólo me queda una herida en la rodilla, almenos esta vez no fue un órgano.

1 comentario:

Ella dijo...

ahora araña su espalda puesta frente a ti, arañala de olvido hasta que pierdas el rastro de su aroma, danza con las noches que no le pertenecen y nunca borres la marca de tu rodilla... para que así sepas en qué no creer, la próxima vez.

te amo, más allá de cualquier final.