viernes, 28 de mayo de 2010

Se me congela la nariz

Ok, esto ha dado un giro de 180º y debo aceptar que la vista de tu rostro sobre mi almohada era el gancho perfecto para conciliar el sueño en menos de 20 minutos. Además, por ahí dicen que una persona que es más alta que tú, siempre te huele más rico porque el perfume suele viajar hacia el norte. Imagínate como debo estar forzando la memoria mientras voy apretando/soltando la nariz para que el tuyo no se me vaya. Siento que los recuerdos se han vuelto tan exquisitos que ya no me dejan dar marcha atrás, entonces, basta de quejas y dejo que se muera.

Nunca he sido de insistir, no es no, y por eso también odio que me insistan por un principio de justicia personal. Pero, saben mis manos cuanto te he extrañado porque mi edad mental sí se ha dado el lujo de retroceder hasta la época de cuadernos con vinifan llenos de nombres, corazoncitos y juegos para ver a que edad nos casamos. Es gracioso, realmente gracioso. Son esos impulsos inconscientes y esa simplicidad tan antónima de descripciones rebuscadas lo que hace que esté disfrutando tanto de mi sinceridad. Aunque duela, es rico.




¿Qué se hace? De tí sólo me queda un moon walk basado en cierta inmunidad en la que jamás creeré, o como decía Bukowski: "Pueden salir cosas buenas de no saber demasiado".

4 comentarios:

samuel dijo...

No sabia esa de Bukowsky... aunque tenga cierta razon, no se si yo podria "no saber demasiado".

Javier F. Noya dijo...

Valga la ignorancia y el azar, el mismo que revuelve la ruleta de las neuronas y nos trae aquellas sensaciones, tamizadas amablemente por el paso del tiempo. Lindo relato, tiene bellos logros. Besos.

Autumn dijo...

Entiendo todo. Lindo, lindo. La diferencia es tener una opinión, sí.

¿Cómo estás?, espero que mejor. ♥.

Angel Castillo Fernández dijo...

Yo ya perdí la batalla por evitar que su aroma se fuera de mi almohada...